A veces enciendo la plancha del pelo cuando ya debería estar montada en el
coche para irnos, entonces me mira y me pregunta si me voy a hacer la plancha,
me dice que tengo el pelo bien y no me hace falta, pero yo no me lo creo y le
digo que tardo dos minutos aunque sé que serán al menos diez. Entonces le digo
que se vaya del baño, probablemente con malas maneras, con la excusa de que me
pone nerviosa y tardo más. Y él sin embargo, me quiere.
Y otras
veces cuando vamos a salir me enfado porque no tengo nada que ponerme. Porque si
es una ocasión especial entonces yo pienso que todo lo que tengo es ropa de
diario, pero si es para algo más informal entonces para mí todo lo que tengo en
el armario es muy de vestir y necesito cositas que sean para todos los días.
Con el armario a tope, y yo pienso que no tengo nada que ponerme, y él sin
embargo, me quiere.
Y le pido
que me haga alguna foto, pero en ninguna me saca bien, salgo siempre horrible,
y le digo que no tiene paciencia para repetir la foto hasta que salga guapa en
alguna. Y sin embargo para él en todas estoy guapa.
Y cuando
vamos a un restaurante y yo quiero probar algo nuevo, al final no me gusta pero
siempre me gusta lo que se pide él, entonces me lo cambia y se come mi plato. Y
sin embargo, no le importa.
También
cuando pedimos los dos café, a veces me tomo el suyo porque pienso que está más
cargado y que el mío tiene demasiada leche, y él se bebe el que yo no
quiero, y aun así, me quiere.
Cuando le
cuento que alguien me ha dicho algo bueno o bonito sobre mí, me dice que eso ya
me lo dice él todos los días. Parece que necesito que me lo digan otras
personas… porque él confía tanto en mí y me valora tanto, y yo ni le hago
caso a eso. Y él no solo me aguanta, si no que me anima, me apoya y me quiere.
Y aunque yo
casi nunca le digo que lo quiero, él me dice todos los días que me quiere.
Si confiara
en mí misma la mitad de lo que confía él; si me valorase a mí misma la cuarta
parte de lo que me valora él, sería capaz de conseguir cualquier cosa que me
propusiera. Ojalá pudiera por un momento verme con los ojos que él me ve, para quererme,
valorarme más y tener un poco más de autoestima. U ojalá pudiera al menos
creérmelo cuando él me lo dice. Porque me lo dice casi a diario, y le escucho
pero no le hago caso. Y sin embargo, me quiere.
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