martes, 5 de mayo de 2020

Queísmo y dequeísmo


     El queísmo tiene lugar cuando utilizamos solo la conjunción que y el uso correcto sería decir de que. Lo veremos más claramente con algunos ejemplos:

   - Me di cuenta de que llevaba la mascarilla mal puesta.
   - Me di cuenta que llevaba la mascarilla mal puesta.

   - Estoy segura de que saldremos reforzados de esta pandemia.
   - Estoy segura que saldremos de esta pandemia.

   - Toda la población se ha enterado de que el trabajo de cajeros y reponedores es esencial.
   - Toda la población se ha enterado que el trabajo de cajeros y reponedores es esencial.

   - Tengo la sensación de que estoy atrapada en el tiempo.
   - Tengo la sensación que estoy atrapada en el tiempo. 

   - A veces nos olvidamos de que tenemos que apoyar el producto nacional.
   - A veces nos olvidamos que tenemos que apoyar a el producto nacional.

   - Me alegro de que esta píldora lingüística te resulte útil.
   - Me alegro que esta píldora lingüística te resulte útil.

     No tenemos que confundirlo con esta otra construcción que sí es correcta:
      - Me alegra que te resulte útil.


     Un truco para saber si tenemos que poner ese de si nos causa duda es sustituir lo que viene detrás por la palabra algo. Veamos algunos ejemplos: 

  - Alegrarse de algo (Me alegro de que te gusten las fotos de mis postres).
  - Dar la sensación de algo  (Me da la sensación de que estamos engordando durante la cuarentena).
  - Darse cuenta de algo (Me he dado cuenta de que necesito mucho a mi familia).
  - Estar convencida de algo (Estoy convencida de que los niños nos dan lecciones a los adultos).
  - Ser consciente de algo (Hay que ser consciente de que hay que escribir bien en las redes).

     Como vemos, en todos estos ejemplos usamos de que y su uso es correcto; para que la frase esté construida de forma adecuada es necesaria la preposición de.


     El queísmo está relacionado con el dequeísmo que es justo el fenómeno inverso: el uso de la preposición de cuando no es necesario y por tanto su uso se considera incorrecto. Veamos algunos ejemplos que a todos nos sonarán: 

   - Me dijo de que me haría una videollamada, así que me cambié el pijama. 
   - Me dijo que me haría una videollamada, así que me cambié el pijama. 

   - Yo pienso de que nuestros sanitarios son los mejores.
   - Yo pienso que nuestros sanitarios son los mejores.

   - Algunas personas consideran de que es una buena idea hacer yoga viendo un tutorial. 
   - Algunas personas consideran que es una buena idea hacer yoga viendo un tutorial.


     Su uso ha estado bastante extendido y se considera vulgar, y lo cierto es que chirría bastante al oírlo.
Un truco para saber si tenemos que poner ese de si nos causa duda es sustituir lo que viene detrás por la palabra algo, como en el caso del queísmo. Veamos algunos ejemplos: 

      Considerar algo
      Pensar algo
      Decir algo
 
     Si bien el dequeísmo ha estado muy extendido (y se sigue dando), mi percepción es que actualmente oigo y leo más expresiones que presentan queísmo, pudiendo ser la causa el hecho de que los hablantes, consciente o insconscientemente, tratando de evitar el dequeísmo por considerarse vulgar, dejan de utilizar la preposición de cuando ésta sí que es necesaria para expresarnos con la debida corrección. 

     He tratado de explicarlo con la mayor claridad y simplicidad posible, y espero que te haya resultado útil y fácil de entender. Te animo  a que pongas en práctica esta píldora lingüística cuando escribas en tus redes sociales y cuando te comuniques en tu día a día.

     Asimismo, si tienes alguna duda, corrección o sugerencia te animo a que me dejes un comentario. 
     Espero haber merecido tu tiempo 😊.

Píldoras lingüísticas


         Además de mis niños y todo lo relacionado con la crianza, otro tema que me apasiona, y los que me conocéis un poco más lo sabéis, es la lengua y por así llamarlo, la corrección lingüística. 

         Por este motivo, y ahora que tengo tiempo libre, he pensado incluir en mi blog un apartado dedicado a aprender sobre el lenguaje o a mejorar nuestra forma de expresarnos mediante algunos consejitos al que he llamado Píldoras lingüísticas.

         En esta nueva sección trataré de corregir algunos errores que cometemos cuando nos expresamos ya sea de forma oral o escrita. Estos errores los vemos a menudo en las redes sociales, por lo que me gustaría reflexionar sobre la importancia de escribir bien en cualquier contexto. Cuando escribes un Whatsapp sabes que una persona o un grupo de personas lo va a leer; cuando escribes una publicación en Facebook es porque esperas que tus contactos la lean. Así pues, qué menos que intentar expresarte con claridad, que tu mensaje sea inteligible para el receptor y, dentro de lo posible, con correcta ortografía y corrección lingüística en definitiva. Si ya es difícil entendernos a veces para los humanos, más aún en un contexto frío como son las redes sociales en las que no contamos con la ayuda de los gestos o el lenguaje corporal que completan la información que en ocasiones no expresan las palabras. Pensemos que una buena redacción facilita la comunicación, por lo que no es algo baladí. 

         Todos podemos cometer errores gramaticales o de ortografía en alguna ocasión pero al menos intentemos tener consciencia de ello cuando estemos escribiendo para poder evitar esos errores en la medida de lo posible para cada uno. Nadie es infalible, hasta a don Arturo Pérez Reverte se le ha escapado en alguna ocasión un error de concordancia en algún tuit. No se trata de que escribamos con la pluma de Cervantes, pero sí vamos a pensar que nuestra forma de expresarnos es también nuestra propia carta de presentación, y expresarnos bien es incluso una suerte de deferencia hacia las personas a las que dirigimos nuestro mensaje.  

         Por eso quiero hacer hincapié en el hecho de poner todos los sentidos cuando escribimos, porque además cuando no sabemos que estamos cometiendo un error, damos por hecho que nos estamos expresando correctamente, y por consiguiente resulta más difícil corregirlo. Durante una época de mi vida estuve convencida de que el verbo reventar se escribía con «b». No tenía ninguna duda sobre ello. Y tengo una explicación para esta confusión. Durante años estuve pasando por una calle donde había escrita en una pared toda una declaración de amor que decía así: «Vas a rebentar de guapo que eres» (seguido de un corazón, si no recuerdo mal). Esa grafía se quedó impregnada en mi cerebro y en ningún momento pensé que la persona que había escrito en grande ese mensaje tan contundente a un anónimo destinatario estaba cometiendo una falta de ortografía tan descomunal. Algo parecido me ocurre con una palabra que aparece al principio de este párrafo: hincapié. Tantas veces la he visto escrita sin h que, aunque estoy segura de su grafía, la vuelvo a buscar en el diccionario para comprobar una vez más que no estoy equivocada. Con esto lo que quiero decir es que cuando vemos un error repetidas veces, tendemos a normalizarlo y considerarlo correcto.

         Para mí, la lengua es la máxima expresión de una cultura, por ello animo a todos a expresarnos correctamente incluso en redes sociales, por Whatsapp, etc. Como comentaba anteriormente, si a las personas ya nos cuesta entendernos, más difícil se vuelve cuando cometemos faltas de ortografía, errores de concordancia, de expresión en definitiva. Hagamos un pequeño esfuerzo. La lengua española es muy rica y maravillosa, vamos a cuidarla y conservarla entre todos. 

         A través de estas píldoras lingüísticas pretendo corregir, de forma sencilla e inteligible para todos, algunos errores que a menudo veo en redes sociales y probablemente sus autores desconocen que los están cometiendo. Para muchos son más que obvias, así que con toda seguridad no necesitáis tomaros estas píldoras 😉. No soy ninguna experta, más bien una simple aficionada, así pues, como todo lo que escribo, lo hago desde la humildad y sólo con el ánimo de que a alguien le pueda servir para mejorar su modo de expresarse. Si a una sola persona le resulta útil, para mí es más que suficiente.